Ni Fischer, ni Karpov, ni Kasparov se hubieran imaginado jamás que una partida de ajedrez iba a tener tanta repercusión. El tablero: el Futbol Club Barcelona. Los rivales: Laporta y Rosell.

Cuando dicen que el Barça es más que un club es precisamente por esto, por lo que significa para la sociedad catalana este club. Sin ir más lejos hoy la televisión autonómica catalana, en su canal de noticias, ha tenido que cortar el debate que estaban celebrando en el Parlament para irse rápidamente a la rueda de prensa que ofrecían Bartomeu y Sandro.

¿Porque se ha llegado a esta situación? Son muchas las opiniones y los argumentos que se dan. Hoy yo me detendré en aquél que dice que Laporta continúa creyéndose oposición y no presidente.

Y es que es verdad. Dicen que a lo largo de la vida hay personas que evolucionan y otras se quedan estancadas. Jan debe ser de las segundas. Debe creerse que aún vive en aquella época donde se sumó a la candidatura de Ángel Fernandez para derrocar a Núñez, o cuando lideró a l'Elefant Blau que provocó la salida del pecident, o cuando junto a Bassat intentó ganar a Gaspart unas elecciones.

Toda la vida siendo oposición al final consiguió lo que quería: figurar en la Junta del Barça. ¡¡y de que manera lo hizo!! A base de romper con los "ismos", de ser foc nou, de romper con todo el podrido pasado y de muchas promesas incumplidas se convirtió en el presidente más respaldado de la historia azulgrana.

Los socios aclamándole, la prensa ayudándole, todo iba viento a favor. Pero su espíritu guerrero volvió a despertar. Se quitó el disfraz que se había puesto en las elecciones y necesitaba otra vez ganar a un enemigo. Seguramente es de aquellas personas que necesita vencer a los peores monstruos para salvar a la princesa.

Pero claro, no quedaban monstruos que derrotar. Nuñez en silencio, a Gaspart expulsado del paraíso y con Cruyff de amigo invisible ¿a quién podía atacar?. Sólo había una opción: crear un enemigo imaginario, alguién que potencialmente llegara a ser más grande que él algún día. Ese nombre era Sandro Rosell que con su acierto a la hora de fichar a Ronaldinho se estaba convirtiendo en una personalidad dentro del barcelonismo.

No soportó su popularidad, ni su entorno admitió que alguién supiera hablar de fútbol a parte de ellos. Así que poco a poco hicieron crecer el monstruo, lo apartaron de las decisiones importantes, invadieron su parcela, marginaron a aquellos que comulgaban con él y le vistieron de villano.

Sin embargo no se dieron cuenta que no era necesario crear monstruos de donde no los hay. Y menos el Presidente.Para una vez que el Barça había encontrado la paz social, crear esa inestabilidad no era bueno.

Y así llegamos hasta hoy. Rosell se ha ido y con él algunos miembros más de la Junta. ¡¡Volvió a derrotar al monstruo!!! pensarán algunos. No creo. Para mi lo ha hecho más grande. Aunque Rosell esté en silencio el resto de su vida, Laporta ya ha creado el daño. Esto es fútbol, y Laporta y sus secuaces deberán rezar para que la pelotita entre siempre. De lo contraio, de no ser así, el grito "Sandro, Sandro" saben los culés que es el que más daño hace al presidente.

Escrito por por Anónimo el 02 junio 2005.
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